Suecia: El origen de un caso
excepcional... y sospechoso
Resulta bastante paradójico, y sospechoso, que uno de los mayores episodios de la lucha contra la contaminación y el cambio climático -el de Greta Thunberg- tenga su origen en Suecia, siendo éste el país con la mayor extensión forestal de Europa, seguido por Finlandia, además de uno de los menos contaminantes según varias organizaciones, -aunque esto último yo no me lo creo, o considero que es matizable-.
Mientras tanto, tenemos el caso opuesto en China, uno de los países con mayores niveles de polución atmosférica y donde la gente anda por la calle con mascarillas de dudosa eficacia sin rechistar a su gobierno ni quejarse en los medios. Al menos a Europa no llegan ninguna de estas quejas. Yo en España no las he visto. Pero sí he visto a Greta Thunberg. ¿Será por la dictadura socialista en la que viven? Sin duda. Pero debe haber algo más porque esto únicamente no resuelve del todo la incógnita.
Todo esto empezó a raíz de los incendios ocurridos en el país durante el pasado verano
del 2018.
Para empezar, sabemos que el calentamiento global puede suponer el derretimiento lento y progresivo de los polos, pero también que no provoca directamente una sucesión de incendios repentinos y que casi parecen compenetrados. El calor puede matar de insolación a los seres vivos, ¡pero no los combustiona internamente! Aquí solo caben dos teorías:
1) Los rayos y tormentas secas. Esta teoría resulta muy recurrente a la hora de justificar muchos de los incendios acontecidos, pero a veces se pasa por alto que estas tormentas son fenómenos que suceden independientemente al calentamiento global. De hecho todo lo contrario, pues son las bajas temperaturas y humedades lo que facilita las
descargas de electricidad estática.
Realmente, los incendios provocados por estos rayos difícilmente deberían ocurrir, ya que implica una suma de factores meteorológicos y geológicos que muy raras veces se da: bajo nivel de humedad (como ya hemos dicho), viento fuerte, carencia de lluvia previa y/o posterior a estas tormentas, existencia de árboles muy dispersos entre sí que facilitan su carga eléctrica por causa del rozamiento del viento, elevada altitud de los bosques, etc.
Ahora bien. Suecia es muy fría y poco húmeda, lo que favorece los incendios provocados por estos rayos durante su inverno. Sin embargo, según los medios -y es lo que puntualizamos-, esta serie de incendios se produjeron durante la larga oleada de calor que asoló a toda Europa, incluido Suecia.
Además, resulta increíble -demasiado increíble- que una temperatura media de 32º como la que hizo por aquellos días en Suecia pudiera provocar el triple de incendios que con respecto al año pasado por las mismas fechas.
Todo esto descarta que los incendios fueran producto del calor o los rayos en sí mismos.
2) Factores antrópicos: Es sabido que el 90% de los incendios en todo el mundo se inician por culpa de actividades humanas, ya sea de forma voluntaria (pirómanos y personajes interesados en recibir más y más financiación para sus lobbies "pro-ambientalistas") o involuntarios (colillas u hogueras mal apagadas, objetos metálicos, vidrios, etc).
Según las propias autoridades suecas, la gran mayoría de los incendios que se producen en su país son originados por algunos de estos motivos. Una de las causas que se sugieren es la responsabilidad de la propia maquinaria forestal al generar chispas y/o atraer posibles rayos. Pero claro, nadie va a sacar a las madereras del país ya que suponen un cifra importante del PIB nacional, proporcionando el 10% de la madera del comercio mundial.
Sin embargo, no todo lo hacen mal, ya que Suecia también es de los países que más repobla sus bosques. Aunque solo los suyos, pues no hace lo mismo en la selva amazónica. Para más información sobre el Amazonas pregúntenle a los altos ejecutivos de IKEA y a Bolsonaro, que ellos sí que saben lo que ocurre por allí.
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